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per i Beni |
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per i Beni Archeologici |
Museo Archeologico Nazionale Sarsinate
Las salas del Museo
Planta baja: |
Primera Planta: |
PLANTA
BAJA |
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Sala I
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En la pared, a la derecha, hay dos epígrafes: -
la de Murcia Athenaidis (primera mitad del III siglo d.C.),
recuerda el nombre de la ciudad de Sassina; En la pared en el fondo se encuentran algunas inscripciones donde se repite el nombre de Cameria Saturnina; las lápidas eran parte de las paredes de una cámara sepulcral en mampostería (II siglo d.C.). Estas inscripciones son interesantes sobre todo bajo el aspecto estrictamente epigráfico. En la primera inscripción, la de T.Titus Gemellus, se pueden aún ver las lineas trazadas por el lapidario para alinear las letras; en la gran placa de Avidius Primitivus se nota la relación epigráfica de la última palabra que se lee: PARENTE, es decir padre; en la inscripción con dedicatoria a Postumia Ianuaria son visibles errores y correcciones. Cerca del rincón se conservan un arquitrabe y un cipo funerario procedente de la tumba de Cetrania Severina (primera mitad del II siglo d.C.), sacerdotisa del culto de Marciana, hermana del emperador Traiano; sobre un lado del monumento podemos leer un pasaje de su testamento con el que deja 6000 sestercios a los collegia de los dendrophori, de los fabri y de los centonari del municipio de Sarsina, y pide que cada año, con ocasión del aniversario de su nacimiento, con la renta de 4000 sestercios, se distribuya aceite entre todos los miembros de los collegia, y con la renta restante de 2000 sestercios se honren a sus manes, los dioses que protegen a su familia. Significativo es el llamamiento, repetido dos veces, para que sus voluntades sean respetadas. |
Sala II
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En
un rincón está la pieza más interesante de la sala: es el cipo de Marcana
Vera que, después de la dedicatoria, presenta un breve poema que
recuerda el ciclo de la estaciones del año. En el fondo, a la izquierda, está la estela-templete de Atella Prisca (I siglo d.C.); la lápida, ricamente ornada y enmarcada en una elaborada composición arquitectónica, enseña en el frontón una Gorgona y dos leones agazapados sobre cabezas de cabra. Estas figuras sirven para acentuar el carácter sagrado del sepulcro y para garantizar su protección. Interesante es además la estela de mármol, con un pequeño frontón triangular y una tríplice cornisa, dedicada a Mattiena Myralis ( II-III siglo d. C.) por el marido Quintus Commeatronis Exoratus, liberto di Quinto. En la dedicatoria él afirma que la mujer merecería más que lo que se pueda expresar en una inscripción. Sigue la estela fragmentaria de los Fuficii (primera mitad del I siglo d. C.) que conserva parte de los bustos-retratos con los que estos libertos habian queirod ser recordados. En la gran estela del liberto Lucius Caesellius Diopanes (segunda mitad del I siglo a.C.) está representado el difunto, realisticamente retratado, con una larga toga, un volumen en la mano y un anillo gordo como símbolo del prestigio social alcanzado.
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SALA III
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A la izquierda hay parte de la prescripción de Horatius Balbus (I siglo a. C.), cuyo texto recuerda la donación de parcelas de terreno para sepulturas en favor de ciudadanos pobres.. Sigue el gran arquitrabe con la indicación de la amplitud da la parcela funeraria: 110 pies, que corresponden a 33 m (II siglo d. C.). Al suelo está el pequeño cipo funerario de Secunda (II siglo d.C.) de piedra calcárea, que antiguamente terminaba con una piña. Este monumento fue encargado por el marido que manifiesta su dolor por la muerte de Secunda, mujer virtuosa, pía, casta y santísima. Una anotación interesante de esta inscripción es la indicación de la ciudadanía "sarsinate" (SASSINAS) en el nombre del marido. Hacia el fondo de la sala encontramos fragmentos de esculturas sepulcrales, pequeños restos en forma de piña y partes de monumentos con frisos dóricos (segunda mitad del I siglo a. C.).
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SALA IV
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Detrás
de la columnata se encontraba una puerta que llevaba a una celda, en
realidad inexistente e inaccesible. De este tipo de puerta podemos ver dos
ejemplares de dos antas, pertenecientes a dos distintos monumentos.
En la sala se puede obaservar también un trecho de alcantarillado antiguo, protegido por un cristal y hallado en este mismo lugar. Al lado hay un pavimento de mosaicos muy bonito, con teselas blancas y negras que forman diferentes dibujos lineales. Este mosaico fue hallado en el adyacente piazzale Santarelli. A
lo largo de la pared al final de la sala, que recomendamos visitar después
de sala V, hay varias piedras con inscripciones que citan los nombres de las
diferentes divinidades
antiguamente veneradas en Sarsina. En esta misma sala encontramos tembién un fragmento de entablamento curvilíneo con el nombre de Sabinus: este elemento arquitectónico, al comienzo, debía de estar ubicado al exterior de una celda sagrada que alojaba las estatuas. Este edificio corresponde probablemente a las ruinas visibles, cerca del foro, en vicolo Aurigemma. Más adelante hay unos fragmentos epigráficos menores, con referencias a Minerva, Júpiter, Saturno, Fortuna y Liber. Al lado de la puerta está situado un pequeño cipo dedicado por Aufidio Pastor a una Fons: esto demuestra la presencia de un culto hídrico natural practicado en Montecastello, en las cercanías de la ciudad. A lo largo de la misma pared encontramos un gran umbral de mármol que aún conserva los ejes de los quicios y que era la entrada de un gran edificio público, probablemente las termas. |
SALA V
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Las lápidas
sepulcrales, en esta sala, en su mayoría estelas, estaban situadas a
lo largo de la calle que pasaba por la necrópolis de Pian di Bezzo. Entre las lápidas situadas a la izquierda (edad augustal y julio-claudia) destacan la estela-templete de Sextus Obellius, abajo de la cual hay una jarra utilizada como cinerario, el pequeño altar de Caesellia Gazza, con relieves que representan a los geni funeraios, la estela en forma de puerta de Titia Prima y el cipo que delimitaba el área sepulcral de la corporación de los mulateros (muliones). Al final de la sala, está el basamento del monumento funebre de Murcius Oculatius, con el relativo cinerario de arenisca. El sepulcro cuspideo es idéntico a lo del padre Murcius Obulaccus, que se puede admirar a la entrada del pueblo. A la derecha están las dos estelas de Rasius Aphrodisius y Veturius Sabinus (finales del II siglo d.C.), ornadas con sencillos surcos. En la sala encontramos además dos de las piezas más importantes del museo: el monumento de Rufus y el mosaico con el "triunfo de Dionisio". |
Serapide
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A
los lados de la sala, sobre soportes, podemos ver estatuas y fragmentos
escultoreos recuperados entre 1923 y 1927 en la zona occidental de la
ciudad, donde debía de estar un importante santuario.
A la izquierda, al pasar los restos de una figura viril que podría corresponder a Mitra, hay tres estatuas de divinidades procedentes de Egipto: Serapide, sentado, asemejado a Plutón por la presencia de Cerbero, Anubis (?), sobre una base con halcones sagrados en relieve, Arpocrate (?), joven divinidad de la que se quedan sólo los pies. Por
el otro lado de la sala, se levantan dos esculturas procedentes de cultos
asiáticos: |
SALAS VI-VII
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Inscripciones cívicas y restos arquitectónicos Hacia
el final de la salaVI y en la siguiente podemos ver varias lápidas y
fragmentos estructurales, que se pueden datar entre el I siglo a.C. y el
IIIsiglo d.C. y que documentan algunos aspectos de la ordenación cívica,
política, administrativa y arquitectónica de la ciudad. Una primera
serie de inscripciones del I y II siglo d.C. es relativa a dedicatorias
que conmemoran miembros de la familia imperial (Nerva, Traiano,
Faustina Maggiore, Marco Aurelio) y personajes importantes
de la zona (L.Appaeus Pudens, Aulus Pudens, C. Caesius
Sabinus), con referencia a algunas de las rpincipales magistraturas
municipales. A la entrada de la sala VII, a la derecha, se encuentran numerosos bloques de piedra con inscripciones relativas a la construcción de las murallas de defensa (primera mitad del I siglo a.C.); los textos de las epígrafes mencionan a los magistratos que promovieron la edificación de las murallas (quattuorviri iure dicundo), a un architectus que se ocupó de la construcción y a las partes que formaban toda la estructura (murus, valvae, portae, turres). Más adelante, a lo largo de la misma pared, hay restos de columnas y de capiteles toscanos de arenisca, que se pueden datar hacia el I siglo a. C., y que pertenecían al porticado que encerraba el foro; estos elementos fueron hallados en una zona al norte de piazza Plauto, donde todavía se pueden ver restos de la pavimentación del antiguo foro. |
1° PLANTA |
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Bronces votivos |
En el interior de las vitrinas están expuestas varias colecciones de materiales que ilustran las más antiguas características medio-ambientales, paleontológicas y arqueológicas del valle del Savio: rocas y minerales, juntos a fósiles de varias especies de plantas y animales proceden todos del área del Savio. Una prueba del primitivo poblamiento humano de esta zona, desde el paleolítico hasta la edad pre-protohistórica, son los utensilios de sílex y las vajillas de cerámica de la edad del bronce. En el centro de la sala encontramos restos pertenecientes al primer asentamiento humano de Sassina (IV-II siglo a.C.). Este primer núcleo estaba compuesto por pueblos umbros que se quedaron también después de la conquista de la ciudad por parte de los Romanos (266 a.C.). En la vitrina central hay fragmentos cerámicos de amasijo grosero y de arcilla depurada que remontan a la más antigua época umbra (segunda mitad del IV siglo - comienzo del III siglo a.C.); juntos a las vajillas, descubiertas en su mayoría en las excavaciones del ex-seminario, hay restos de enlucido mural, utilizado como revestimiento de las humildes cabañas de madera que formaban el asentamiento primitivo de Sarsina. Desde el viejo campo de deportes viene un grupo de restos votivos atados a un lugar de culto de tradición itálica (III -II siglo a.C.). Este grupo de restos incluye pequeñas estatuas de bronce que representan a Hércules y a creyentes, monedas de bronce (una de esas fue acuñada en Ariminum después del 268 a.C.)y aes rude. |
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En la vitrina central, hay una tumba "alla cappuccina" hallada en la necrópolis de Pian di Bezzo. Este tipo de sepultura, muy difundida en la primera edad imperial (II-I siglo a.C) se caracteriza por una cubierta de ladrillos a doa aguas que tenía que proteger los restos de la hoguera funebre, de las cenizas del difunto y de los objetos del ajuar. |
SALAS C-D |
En la pared, a la izquierda, podemos ver
secciones de pavimentos en opus signinum, recuperadas en viviendas
de la época republicana (II-I siglo a.C.). Abajo y enfrente hay
materiales de la construcción de ladrillo: tabuli para cañerías
ídricas, ladrillos sesquipedalis (45X30 cm) y semisesquipedalis,
elementos para suspensurae (pequeñas columnas que sustentan
pavimentos sobrealzados y calentados), y secciones de círculo para la
construcción de columnas. A lo largo del pasillo siguiente, a la derecha, encontramos partes de pavimentos de mosaicos de edad imperial, con varias decoraciones y con secciones en opus sectile. A la izquierda hay algunas tuberías de plomo (fistulae) para suministrar agua a los edificios públicos. |
SALA E
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Esculturas En posición central encontramos una cabeza femenina con diadema que representa a un personaje del ámbito imperial (mitad del I siglo d.C.), tal vez Livia, mujer de Augusto. La estatua a la que pertenecía esta cabeza debía de formar parte de una serie de esculturas oficiales, expuestas en algún edificio público (la basílica?), ubicado en el centro de la ciudad. A sus lados están los bustos de dos hombres: un joven de la época de Traiano (comienzo del II siglo d.C.) y un anciano de la época republicana. Esta última escultura, procedente de la necrópolis de Pian di Bezzo, pertenecía a una estatua que probablemente formaba parte de un monumento funerario. A parete sono affiancati due frammenti che componevano una scultura di giovane cavaliere, di tradizione ellenistica: il pezzo, rinvenuto tra i ruderi di un edificio scoperto nelle vicinanze del Museo, doveva far parte della decorazione di una domus. Restos
de la domus en via Finamore En la esquina se puede ver el mosaico que, hacia finales del II siglo d.C. renovó la pavimentación de un pequeño triclinium (comedor). En la parte que correspondía al umbral, en blanco y negro, está representado un tritón tirado por un hipocampo y acompañado por un delfín; en el cuadro central, entre paneles con otros seres marinos y cabezas de las estaciones del año, hay una representación polícroma con Hércules ebrio sustenido por un sátiro. A la derecha se conserva el umbral de piedra de una entrada lateral. En la pared hay una parte de enlucido pintado al fresco perteneciente a la misma vivienda y dos secciones de pavimento en opus signinum procedentes de los cuartos contiguos. Encima del mosaico y en las vitrinas podemos ver la vajilla hallada en la misma vivienda. Entre otros, destacan un servicio de juego sobre un estante de mármol, un jarroncito para el aceite de recarga, pinzas para la mecha y teselas de pasta de vidrio para señar los puntos; desgraciadamente no conservamos el plano de juego de madera (tabula lusoria) que tenía que completar el servicio. |
Última actualización: 03-11-2006