Ministero per i Beni
e le Attività Culturali

Soprintendenza per i Beni Archeologici
dell'Emilia Romagna

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Museo Archeologico Nazionale Sarsinate

Las salas del Museo

 

Planta baja:

Sala I

Sala II

Sala III

Sala IV

Sala V

Sala VI

Sala VII

Primera Planta:

Sala A

Sala B

Salas C-D

Sala E

 

 

PLANTA BAJA

Sala  I


Inscripción de
T.Titius Gemellus

 


Estela de
Publius Volusenus Genialis


En esta sala, como en la siguiente, se encuentran inscripciones de edad romana, reunidas en el siglo XVII por el humanista Filippo Antonini (y descritas en su obra Delle antichità di Sarsina publicada en 1607) que constituyeron el primer nucleo del Museo Arqueológico de Sarsina.
Se trata, en su mayoría, de lápidas sepulcrales que datan de la edad imperial, en muchos casos recuperadas a lo largo del pedregal del rio Savio; al comienzo las lápidas se erigían en loslugares de  sepultura o se encontraban dentro de edificios sepulcrales en miniatura.
En general, los epígrafes trazan un retrato social de la antigua comunidad de Sassina, a través del recuerdo de libertos y de hombres libres, pertenecientes a algunas de las más ilustres familias locales; algunas veces los nombres de las personas son asociados a la indicación de los collegia (asociaciones profesionales) de las cuales formaban parte.

En la pared, a la derecha, hay dos epígrafes: 

- la de Murcia Athenaidis (primera mitad del III siglo d.C.), recuerda el nombre de la ciudad de Sassina;
- la de Publius Volusenus Genialis, patrón del collegium de los centonari.

En la pared en el fondo se encuentran algunas inscripciones donde se repite el nombre de Cameria Saturnina; las lápidas eran parte de las paredes de una cámara sepulcral en mampostería (II siglo d.C.). Estas inscripciones son interesantes sobre todo bajo el aspecto estrictamente epigráfico. En la primera inscripción, la de T.Titus Gemellus, se pueden aún ver las lineas trazadas por el lapidario para alinear las letras; en la gran placa de Avidius Primitivus se nota la relación epigráfica de la última palabra que se lee: PARENTE, es decir padre; en la inscripción con dedicatoria a Postumia Ianuaria son visibles errores y correcciones. 

Cerca del rincón se conservan un arquitrabe y un cipo funerario procedente de la tumba de Cetrania Severina (primera mitad del II siglo d.C.), sacerdotisa del culto de Marciana, hermana del emperador Traiano; sobre un lado del monumento podemos leer un pasaje de su testamento con el que deja 6000 sestercios a los collegia de los dendrophori, de los fabri y de los centonari del municipio de Sarsina, y pide que cada año, con ocasión del aniversario de su nacimiento, con la renta de 4000 sestercios, se distribuya aceite entre todos los miembros de los collegia, y con la renta restante de 2000 sestercios se honren a sus manes, los dioses que protegen a su familia. Significativo es el llamamiento, repetido dos veces, para que sus voluntades sean respetadas.


Sala II


Cipo de Marcana Vera

 


Estela de Atella Prisca


De la sala I pasamos a la sala II a través de un arco sustentado por columnas. En estas dos salas del ex-palacio Lucchesi fueron colocados todos los restos que constituían el museo "Maccio Plauto" realizado en 1890, por el arqueólogo de Forlì Antonio Santarelli
.
«Además de los fragmentos epigráficos menores, hay una selección de piedras sepulcrales de Sarsina que ilustran algunas de las más significativas tipologías de estelas entre las que se encuentran generalmente en las necrópolis de la región.
Las lápidas, generalmente, conservan un texto escrito con el nombre de la persona a quien era dedicado el monumento y con la indicación de los parientes que se encargaron de las exequias.
Además de la dedicatoria pueden aparecer figuras en relieve, con valor simbólico o conmemorativo, para recordar las facciones del difunto y el mundo del más-allá».

En un rincón está la pieza más interesante de la sala: es el cipo de Marcana Vera que, después de la dedicatoria, presenta un breve poema que recuerda el ciclo de la estaciones del año.
Ver tibi contribuant sua munera florea grata
Et tibi grata comis nutet aestiva voluptas
Reddat et autumnus Bacchi tibi munera semper
Ac levi hiberni tempus tellure dicetur
("Que la primavera done a tí también  (o sea, a Vera) sua regalos floridos, que a todos son gratos,
y que el dulce calor del verano sea para tí también una grata compañia,
y que el otoño también te guarde siempre lor regalos de Baco,
y en fin, que cuando vuelvas a la tierra, sea ligera para tí la estación invernal"
traducción del profesor G.C. Susini)
Puesto que estos versos eran demasiado largos respecto a la superficie del epígrafe, han sido grabados en seis líneas, perdiendo pero así el efecto acróstico.
Al lado encontramos la estela de la joven liberta Helvia Harbuscula (comienzo del I siglo d.C.) con la representación de una puerta como símbolo del pasaje hacia el-más-allá.

En el fondo, a la izquierda, está la estela-templete de Atella Prisca (I siglo d.C.); la lápida, ricamente ornada y enmarcada en una elaborada composición arquitectónica, enseña en el frontón una Gorgona y dos leones agazapados sobre cabezas de cabra. Estas figuras sirven para acentuar el carácter sagrado del sepulcro y para garantizar su protección.

Interesante es además la estela de mármol, con un pequeño frontón triangular y una tríplice cornisa, dedicada a Mattiena Myralis ( II-III siglo d. C.) por el marido Quintus Commeatronis Exoratus, liberto di Quinto. En la dedicatoria él afirma que la mujer merecería más que lo que se pueda expresar en una inscripción.

Sigue la estela fragmentaria de los Fuficii (primera mitad del I siglo d. C.) que conserva parte de los bustos-retratos con los que estos libertos habian queirod ser recordados. En la gran estela del liberto Lucius Caesellius Diopanes (segunda mitad del I siglo a.C.) está representado el difunto, realisticamente retratado, con una larga toga, un volumen en la mano y un anillo gordo como símbolo del prestigio social alcanzado.

 


SALA  III


Terminación de un cipo en forma de piña


Cipo de Secunda


A lo largo de la pared de la sala se encuentran algunas lápidas que fueron recuperadas accidentalmente y que formaban parte da la principal necrópolis de Sarsina.
Esta necrópolis se desarrolló en Pian di Bezzo, a lo largo de la ribera derecha del rio Savio.
Alrededor del año 200 d.C. un desprendimiento, debido probablemente a un terremoto, obstruyó el curso del rio y causó la inundación de toda la zona. Muchos metros de depósitos aluviales protegieron las tumbas durante siglos.
La sucesiva erosión fluvial permitió descubrir lápidas y estructuras arquitectónicas hasta que, entre 1927 y 1933 y en los años Cinquenta y Ochenta, sistemáticas excavaciones arqueológicas nos regalaron un vasto sector del sepulcro monumental.

A la izquierda hay parte de la prescripción de Horatius Balbus (I siglo a. C.), cuyo texto recuerda la donación de parcelas de terreno para sepulturas en favor de ciudadanos pobres..

Sigue el gran arquitrabe con la indicación de la amplitud da la parcela funeraria: 110 pies, que corresponden a 33 m (II siglo d. C.).

Al suelo está el pequeño cipo funerario de Secunda (II siglo d.C.) de piedra calcárea, que antiguamente terminaba con una piña. Este monumento fue encargado por el marido que manifiesta su dolor por la muerte de Secunda, mujer virtuosa, pía, casta y santísima. Una anotación interesante de esta inscripción es la indicación de la ciudadanía "sarsinate" (SASSINAS) en el nombre del marido.

Hacia el fondo de la sala encontramos fragmentos de esculturas sepulcrales, pequeños restos en forma de piña y partes de monumentos con frisos dóricos (segunda mitad del I siglo a. C.).

 

 


SALA  IV


Monumento de
Publius Verginius Paetus


Mosaico 

 
Cinerario postizo de piedra


Urna cineraria de alabastro


Al entrar en la sala IV, nos acoge el majestuoso monumento de Publius Verginius Paetus. En la pared derecha encontramos varios elementos que un tiempo, formaban parte de complejas estructuras arquitectónicas sepulcrales de la segunda mitad del I siglo a. C. Tres capiteles corintios y parte de un entablamento con friso de volutas de acanto pertenecían a la parte central de los monumentos, generalmente en forma de templete y con una pequeña columnata.

Detrás de la columnata se encontraba una puerta que llevaba a una celda, en realidad inexistente e inaccesible. De este tipo de puerta podemos ver dos ejemplares de dos antas, pertenecientes a dos distintos monumentos.
A la izquierda, en cambio, encontramos elementos de la parte superior de los monumentos: losas angulares de la cúspide piramidal, volutas vegetales, un gran capitel cuadrado que tenía que ser la punta extrema, el coronamiento del monumento.
En la pared están expuestos restos de cinerarios postizos de piedra, en forma globular y con aplicaciones de cabezas de grifo, habitualmente situados en la extremidad superior del monumento; estos elementos proyectaban idealmente los restos mortales del difunto hacia el cielo y, al mismo tiempo, conmemoraban su recuerdo.

En la sala se puede obaservar también un trecho de alcantarillado antiguo, protegido por un cristal y hallado en este mismo lugar. Al lado hay un pavimento de mosaicos muy bonito, con teselas blancas y negras que forman diferentes dibujos lineales. Este mosaico fue hallado en el adyacente piazzale Santarelli.


A lo largo de la pared al final de la sala, que recomendamos visitar después de sala V, hay varias piedras con inscripciones que citan los nombres de las diferentes divinidades antiguamente veneradas en Sarsina.
El aspecto religioso local incluía numerosos cultos sea de origen griego-romana sea, sobre todo en la edad imperial, de procedencia oriental.
En particular, es muy interesante la serie de basamentos de mármol rojo de Verona que eran parte de un único edificio religioso y sostenían las estatuas de bronce de Jupiter, Minerva, Apolo, Spes y Dei Publici.
Estas estatuas habían sido encargadas por C. Caesius Sabinus, un acaudalado ciudadano de Sarsina que vivió entre finales del I siglo y el comienzo del II siglo d. C.

En esta misma sala encontramos tembién un fragmento de entablamento curvilíneo con el nombre de Sabinus: este elemento arquitectónico, al comienzo, debía de estar ubicado al exterior de una celda sagrada que alojaba las estatuas. Este edificio corresponde probablemente a las ruinas visibles, cerca del foro, en vicolo Aurigemma.

Más adelante hay unos fragmentos epigráficos menores, con referencias a Minerva, Júpiter, Saturno, Fortuna y Liber.

Al lado de la puerta está situado un pequeño cipo dedicado por Aufidio Pastor a una Fons: esto demuestra la presencia de un culto hídrico natural practicado en Montecastello, en las cercanías de la ciudad. A lo largo de la misma pared encontramos un gran umbral de mármol que aún conserva los ejes de los quicios y que era la entrada de un gran edificio público, probablemente las termas.

 


SALA  V


Mosaico con triunfo de Dionisio


Estela 
en forma de puerta de
Titia Prima


Lápidas sepulcrales

Las lápidas sepulcrales, en esta sala, en su mayoría estelas, estaban situadas a lo largo de la calle que pasaba por la necrópolis de Pian di Bezzo.
A la derecha, los pequeños monumentos enseñan sólo la parte adornada y con inscripciones que emergía del terreno; a la izquierda se conservan todavía las piedras de los basamentos y las estructuras que contenían las urnas cinerarias situadas en el subsuelo.Otros restos son partes de estructuras arquitectónicas y urnas cinerarias de arenisca, pertenecientes a monumentos mayores.

Entre las lápidas situadas a la izquierda (edad augustal y julio-claudia) destacan la estela-templete de Sextus Obellius, abajo de la cual hay una jarra utilizada como cinerario, el pequeño altar de Caesellia Gazza, con relieves que representan a los geni funeraios, la estela en forma de puerta de Titia Prima y el cipo que delimitaba el área sepulcral de la corporación de los mulateros (muliones).

Al final de la sala, está el basamento del monumento funebre de Murcius Oculatius, con el relativo cinerario de arenisca. El sepulcro cuspideo es idéntico a lo del padre Murcius Obulaccus, que se puede admirar a la entrada del pueblo. 

A la derecha están las dos estelas de Rasius Aphrodisius y Veturius Sabinus (finales del II siglo d.C.), ornadas con sencillos surcos.

En la sala encontramos además dos de las piezas más importantes del museo: el monumento de Rufus y el mosaico con el "triunfo de Dionisio".


SALA  VI

Serapide


Attis

 


Las estatuas de las divinidades orientales

A los lados de la sala, sobre soportes, podemos ver estatuas y fragmentos escultoreos recuperados entre 1923 y 1927 en la zona occidental de la ciudad, donde debía de estar un importante santuario.
Se trata de un conjunto de estatuas de importancia excepcional no tanto bajo el aspecto artístico, que es dificil para evaluar, cuanto bajo el aspecto religioso y económico.
Dos grandes capiteles corintios y partes de las bases de mármol de las estatuas es lo que nos queda de la decoración arquitectónica del edificio sacro. Este conjunto de estatuas, que se puede datar entre el II y el III siglo d.C., constituía, entre los santuarios dedicados a este tipo de divinidades, el edificio de culto más importante en la Italia del norte. Este santuario testimonia la presencia de nuevas religiones que se difundieron localmente durante la plena edad imperial, gracias también a los influjos culturales procedentes de la ciudad portual de Ravenna.
Estos nuevos cultos eran muy importantes de un punto de vista económico también: basta con pensar que en el cercano puerto de Classe la flota romana era equipada en gran parte por marineros levantinos que veneraban a estos dioses. El gran reclamo determinaba evidentes ventajas económicas. Además, si se considera la peculiaridad de los rituales durante los cuales los sacerdotes entraban en una especie de trance, se puede suponer que el ambiente y la vida en Sarsina tuvieran una connotación muy peculiar con respecto de los otros pueblos.
En la antigüedad, las esculturas fueron hechas trizas para producir cal o fueron destruídas por los primeros cristianos. En consecuencia, han requerido una complicada obra de recomposición y restauración.

 

A la izquierda, al pasar los restos de una figura viril que podría corresponder a Mitra, hay tres estatuas de divinidades procedentes de Egipto: Serapide, sentado, asemejado a Plutón por la presencia de Cerbero, Anubis (?), sobre una base con halcones sagrados en relieve, Arpocrate (?), joven divinidad de la que se quedan sólo los pies.

Por el otro lado de la sala, se levantan dos esculturas procedentes de cultos asiáticos:
- Magna Mater, sentada, con una pareja de leones a su lado y dos címbalos a sus pies.
- Attis, la estatua más hermosa del museo que representa una joven divinidad desnuda, del característico gorro frigio.


SALAS  VI-VII

 

 

Inscripciones cívicas y restos arquitectónicos

Hacia el final de la salaVI y en la siguiente podemos ver varias lápidas y fragmentos estructurales, que se pueden datar entre el I siglo a.C. y el IIIsiglo d.C. y que documentan algunos aspectos de la ordenación cívica, política, administrativa y arquitectónica de la ciudad. Una primera serie de inscripciones del I y II siglo d.C. es relativa a dedicatorias que conmemoran miembros de la familia imperial (Nerva, Traiano, Faustina Maggiore, Marco Aurelio) y personajes importantes de la zona (L.Appaeus Pudens, Aulus Pudens, C. Caesius Sabinus), con referencia a algunas de las rpincipales magistraturas municipales.
Otras epígrafes están conectadas a la construcción de monumentos y de importantes obras públicas (murallas, un podium).
Una selección de basamentos, columnas y capiteles de piedra local y mármol ofrece una visión global de la arquitectura urbana.

A la entrada de la sala VII, a la derecha, se encuentran numerosos bloques de piedra con inscripciones relativas a la construcción de las murallas de defensa (primera mitad del I siglo a.C.); los textos de las epígrafes mencionan a los magistratos que promovieron la edificación de las murallas (quattuorviri iure dicundo), a un architectus que se ocupó de la construcción y a las partes que formaban toda la estructura (murus, valvae, portae, turres).

Más adelante, a lo largo de la misma pared, hay restos de columnas y de capiteles toscanos de arenisca, que se pueden datar hacia el I siglo a. C., y que pertenecían al porticado que encerraba el foro; estos elementos fueron hallados en una zona al norte de piazza Plauto, donde todavía se pueden ver restos de la pavimentación del antiguo foro.


 

1° PLANTA


SALA  A

Bronces votivos


En el interior de las vitrinas están expuestas varias colecciones de materiales que ilustran las más antiguas características medio-ambientales, paleontológicas y arqueológicas del valle del Savio: rocas y minerales, juntos a fósiles de varias especies de plantas y animales proceden todos del área del Savio.
Una prueba del primitivo poblamiento humano de esta zona, desde el paleolítico hasta la edad pre-protohistórica, son los utensilios de sílex y las vajillas de cerámica de la edad del bronce.
En el centro de la sala encontramos restos pertenecientes al primer asentamiento humano de Sassina (IV-II siglo a.C.). Este primer núcleo estaba compuesto por pueblos umbros que se quedaron también después de la conquista de la ciudad por parte de los Romanos (266 a.C.).

En la vitrina central hay fragmentos cerámicos de amasijo grosero y de arcilla depurada que remontan a la más antigua época umbra (segunda mitad del IV siglo - comienzo del III siglo a.C.); juntos a las vajillas, descubiertas en su mayoría en las excavaciones del ex-seminario, hay restos de enlucido mural, utilizado como revestimiento de las humildes cabañas de madera que formaban el asentamiento primitivo de Sarsina.

Desde el viejo campo de deportes viene un grupo de restos votivos atados a un lugar de culto de tradición itálica (III -II siglo a.C.). Este grupo de restos incluye pequeñas estatuas de bronce que representan a Hércules y a creyentes, monedas de bronce (una de esas fue acuñada en Ariminum después del 268 a.C.)y aes rude.

 


SALA  B


Lucerna romana


En esta sala encontramos útiles de uso común y de edad romana procedentes de la ciudad y de la necrópolis de Sarsina.
En las primeras vitrinas hay algunos ajuares juntos a las cenizas de los difuntos en tumbas a cremación de la necrópolis de Pian di Bezzo.
Entre los materiales más característicos del culto funerario podemos ver vasijas, candiles para iluminar el camino hacia el m

En la vitrina central, hay una tumba "alla cappuccina" hallada en la necrópolis de Pian di Bezzo. Este tipo de sepultura, muy difundida en la primera edad imperial (II-I siglo a.C) se caracteriza por una cubierta de ladrillos a doa aguas que tenía que proteger los restos de la hoguera funebre, de las cenizas del difunto y de los objetos del ajuar.


SALAS  C-D

En la pared, a la izquierda, podemos ver secciones de pavimentos en opus signinum, recuperadas en viviendas de la época republicana (II-I siglo a.C.). Abajo y enfrente hay materiales de la construcción de ladrillo: tabuli para cañerías ídricas, ladrillos sesquipedalis (45X30 cm) y semisesquipedalis, elementos para suspensurae (pequeñas columnas que sustentan pavimentos sobrealzados y calentados), y secciones de círculo para la construcción de columnas.

A lo largo del pasillo siguiente, a la derecha, encontramos partes de pavimentos de mosaicos de edad imperial, con varias decoraciones y con secciones en opus sectile. A la izquierda hay algunas tuberías de plomo (fistulae) para suministrar agua a los edificios públicos.


SALA  E

 

 

 


Copa polícroma

 

 


Servicio de juego

 

 


Retrato varonil

 


Vajilla
En las vitrinas de la sala, entre los objetos expuestos, destacan en particular los platos votivos (lanx) de cerámica vidriada. Esta tipología de cerámica, adornada con motivos vegetales y escenas dionisiacas, es excepcional por la cualidad y cantidad de los ejemplares hallado en Sarsina.
Numerosa es también la vajilla de cerámica de barniz opaca (rosa, roja, naranja) con decoraciones oscuras, producida en Romagna y que se puede datar desde el I siglo al III siglo d.C. La forma típica es el plato grande de alas y a veces con asas perfiladas.
Entre los objetos de vidrio, de particular interés son una hermosa copa polícroma, un vaso adornado con losanges, un plato, una botella y dos tazas adornadas. Hay además una elegante jarra de bronce con la representación de un niño que juega con una oca.


Esculturas
En la pared en el fondo de la sala hay varios fragmentos de estatuas de mármol que fueron hallados en su mayoría en el centro del pueblo. Estos restos, juntos a los que se encuentran en la planta baja, completan el cuadro de los testimonios escultóricos de Sarsina. Estas piezas pertenecían tanto a complejos públicos cuanto a edificios privados como decoración de rica viviendas o representación de ilustres personajes locales.

En posición central encontramos una cabeza femenina con diadema que representa a un personaje del ámbito imperial (mitad del I siglo d.C.), tal vez Livia, mujer de Augusto. La estatua a la que pertenecía esta cabeza debía de formar parte de una serie de esculturas oficiales, expuestas en algún edificio público (la basílica?), ubicado en el centro de la ciudad.

A sus lados están los bustos de dos hombres: un joven de la época de Traiano (comienzo del II siglo d.C.) y un anciano de la época republicana. Esta última escultura, procedente de la necrópolis de Pian di Bezzo, pertenecía a una estatua que probablemente formaba parte de un monumento funerario.

A parete sono affiancati due frammenti che componevano una scultura di giovane cavaliere, di tradizione ellenistica: il pezzo, rinvenuto tra i ruderi di un edificio scoperto nelle vicinanze del Museo, doveva far parte della decorazione di una domus.


Restos de la domus en via Finamore
A la derecha podemos ver numerosos restos descubiertos en 1988 en una excavación efectuada cerca del cruce entre via Roma y via Finamore.
Las estructuras halladas pertenecían a una casa bastante rica, ubicada en la manzana que se extendía hasta el centro de la ciudad. Desde una domus situada en la misma manzana viene también el mosaico del triunfo de Dionisio. La vivienda, de la cual se han descubierto tres habitaciones, fue construida en la época republicana (primera mitad del I siglo a.C.) y renovada hacia finales del II siglo d.C.; durante la segunada mitad del III siglo d.C. un incendio causó su destrucción y el derrumbe de los alzados pero, al mismo tiempo, permitió la conservación, bajo los escombros, de gran parte de los pavimentos y de los útiles domésticos..

En la esquina se puede ver el mosaico que, hacia finales del II siglo d.C. renovó la pavimentación de un pequeño triclinium (comedor). En la parte que correspondía al umbral, en blanco y negro, está representado un tritón tirado por un hipocampo y acompañado por un delfín; en el cuadro central, entre paneles con otros seres marinos y cabezas de las estaciones del año, hay una representación polícroma con Hércules ebrio sustenido por un sátiro. A la derecha se conserva el umbral de piedra de una entrada lateral.

En la pared hay una parte de enlucido pintado al fresco perteneciente a la misma vivienda y dos secciones de pavimento en opus signinum procedentes de los cuartos contiguos. 

Encima del mosaico y en las vitrinas podemos ver la vajilla hallada en la misma vivienda. Entre otros, destacan un servicio de juego sobre un estante de mármol, un jarroncito para el aceite de recarga, pinzas para la mecha y teselas de pasta de vidrio para señar los puntos; desgraciadamente no conservamos el plano de juego de madera (tabula lusoria) que tenía que completar el servicio. 

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Última actualización: 03-11-2006