No
obstante la cruel obra de deterioro del tiempo y los recientes daños
operados por los hombres, el barrio de Calbano - fortaleza medioeval -
ofrece al visitante imágenes y sensaciones de timepos lejanos. En lo alto
de la colina, que llama a la expansión de la construcción la Sarsina
moderna, Calbano fue por cierto para los romanos, como antes para los
Umbros, una fortaleza de defensa. Una prueba de esto son los bloques de
arenisca y los varios ladrillos de época romana que, rojizos destacan
entre las grises piedras de la muralla medioeval (que aún se puede ver en
muchos puntos).
En 1267, el obispo Grazia organizó aquí los comizi generali (mitin
general) para deliberar acerca de los derechos de investidura y de los
canones enfitéuticos. La Iglesia de Sarsina, gracias a la concesión del
emperador Federico II, había obtenido el castrum Calbane (antigua
propiedad del obispo de Ravena) ya en 1220, entragandolo sólo, pero por
un corto periodo, en 1406 a los belicosos Malatesta de Cesena.
En 1371, Anglico censó en Calbano 12 hogares y, más o menos,
vivían aquí el mismo número de familias en 1733 cuando el neo-obispo
Vendemini de Ciola se paró en la residencia del gobernador Zambini.
Hoy en día, la parte que se ha quedado del torreón sigue espiando
Sarsina y los excursionistas que remontan la colina. La iglesia de San
Antonio del siglo XVII atenua el ardor guerrero de toda la fortaleza.
Vigilan, en dirección noroeste, la entrada a la fortaleza dos torres
circulares que, destinadas a usos diferentes, se presentan troncoconicas
en la parte inferior y cilíndricas en la parte superior. En el interior,
las bajas viviendas se alinean a lo largo del perímetro antiguo y se
observan desde los peldaños de piedra. |